El nuevo salario mínimo alcanza para un cartón de huevos

Luego del aumento del salario mínimo anunciado por el presidente Nicolás Maduro el pasado miércoles, los maracayeros aprovecharon la oportunidad para expresar su opinión sobre lo que podría ocurrir después del anuncio.

Primeramente el abogado Nelson Mujica comentó que el aumento de sueldo se resume en “pura cháchara”, porque básicamente no llena las expectativas de los venezolanos.

En ese sentido, explicó que el sueldo nominal no se ajusta al real, lo que quiere decir que ese aumento numérico, sigue siendo un cambio en la denominación del salario, porque la realidad de la economía es que cuando se sale a la calle a comprar el mercado para la casa, no se consigue nada que se pueda comprar con el dinero percibido con el cobro mensual.

“Eso es un camuflaje del Gobierno”, aseguró Mujica, explicando que mientras que el mismo tenga la hegemonía de los medios de comunicación, seguirá diciendo lo que quiere que la gente escuche, y por consiguiente, las personas seguirán entendiendo lo que el Gobierno quiere que entiendan.

Sobre la huída masiva de venezolanos al exterior a causa de la incesante crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela, el abogado Mujica aseguró que “la gente cuando sale es que se da cuenta que lo que se vive aquí no es normal”.

Sobre una posible solución al problema, Mujica comentó que fomentar el funcionamiento del aparato productivo, es lo más importante para el resurgimiento de la economía y por ende, la estabilización de la situación de los venezolanos.

Por su parte, Franklin Moreno, cuya profesión es la docencia, comentó que no tiene claro el verdadero aumento del sueldo para el gremio docente, porque se había hablado de un 200 por ciento, pero a ciencia cierta él no sabe si ese será el aumento real.

Por esa razón, confesó que la única manera de detectar cuál será el sueldo, será cuando llegue el pago al final del mes. Pero antes de cobrar el salario mínimo, ya está consciente de que aquello que cobre por sus horas de trabajo, no le bastará para comprar lo más básico que es la comida, siquiera un cartón de huevos podrá comprar con el salario.

“La cesta básica está en dos millones”, esbozó Moreno, a la vez que aseguró que el sueldo justo para los docentes venezolanos debería ser por lo menos cien veces el salario actual, tomando en cuenta que de la docencia parten todas las demás carreras profesionales, siendo esta uno de los gremios más importantes en la sociedad, seguido sólo por el gremio médico.

El señor Moreno dijo sentirse desesperanzado por este nueva medida económica implantada desde el gabinete ejecutivo, porque de ahora en adelante comenzarán a aumentar los precios, tanto como ha aumentado el sueldo, y quizás mucho más.
“En la cuarta República era un paraíso porque las bodegas tenían todo”, rememoró Moreno, calificando el actual régimen del Gobierno como “una catástrofe”.

Indiscutiblemente la situación actual no tiene precedentes, la economía se desquebraja a pasos agigantados y el Presidente decide que el mejor camino a seguir, es el aumento salarial.

Un herrero, graduado en Publicidad y Mercadeo, comentó que un nuevo salario mínimo para nada resuelve el problema de base, que es la inflación y la escasez.

Para realizar un mercado digno con un salario mínimo se tiene que hacer magia, por lo que él mismo destacó que con los Bs. 5.000.000, que se cobrará de manera integral, solamente alcanzará para adquirir un cartón de huevos.

La solución para el herrero y publicista Alexis Sánchez, simple, “neutralizar la subida del precio de los productos”, porque si esa medida se cumpliera, el mismo paso que ocurre el aumento de sueldo, definitivamente la economía tendría mayores expectativas de ser reformulada.

Dentro del mismo orden de ideas, y al ser indagado sobre su opinión acerca de la reciente toma de los mercados municipales, Sánchez confesó no haber escuchado información al respecto, pero una vez ilustrado sobre el tema, destacó que depende mucho de los comerciantes, el asunto del aumento deliberado de precios.

Él consideró que se trata de una problemática que va afectando escalafón a escalafón de la cadena productiva, distribuidora y expendedora de los productos, que a final de cuentas siempre termina desangrando al comprador, como punto final de esa cadena.