Declaran familiares y empleados de tasca por homicidio de ciudadano

Funcionarios de la División de Homicidios del estado Aragua toman declaraciones de familiares de la víctima y empleados de la tasca donde la mañana del domingo pasado, sujetos aún por identificar ultimaron a un ciudadano tras efectuarle múltiples disparos en un hecho que podría estar relacionado con una venganza o un acto de equivocación.
Sitio donde dejaron el cadáver del comerciante

Los dolientes que ayer, a primera hora, se acercaron a los predios de la Morgue de Caña de Azúcar, identificaron a su ser querido como Daniel Rodolfo Mayora Vera, de 30 años de edad, de oficio comerciante, quien residía en el callejón El Jobo, en La Cooperativa, en Maracay.

Comentaron que la persona se acercó a ese establecimiento comercial, ubicado en la avenida 19 de Abril, frente a la plaza San Juan, en la Ciudad Jardín, con la intención de pasar unas horas alegres con la grata compañía de amigos y familiares.

Así transcurrieron las horas muy animadamente y al promediarse las 5:00 de la mañana del domingo, varios individuos se apersonaron al local y uno de ellos llamó por su nombre a Daniel Mayora.

Seguidamente se acercó al carro y tras estrecharle un apretón de manos, el comerciante recibió varios tiros, de los cuales tres impactaron en el estómago y tres más en las extremidades inferiores.

En medio del ataque, el hombre corrió hacia la tasca con la finalidad de protegerse de “la lluvia de disparos”, cayendo, según presumen los familiares, dentro del negocio. Sin embargo, poco después lo sacaron de ese espacio, dejando su cuerpo bañado en sangre en las afueras del inmueble.

Sin perder tiempo, los sospechosos huyeron del escenario dejando una estela de llanto y dolor. Se presume que las cámaras de video situadas en la zona grabaron la escena del crimen.

Hay la sospecha de que unas tres personas podrían estar comprometidas en el homicidio del comerciante, y en función de llegar a la verdad de los hechos, comisiones del Cicpc se trasladaron al lugar colectando todas las evidencias que permitan identificar a los autores materiales, quienes, al parecer, conocían a su víctima.

El caso como tal está muy confuso y complicado. Sin embargo, entre cielo y tierra no hay nada oculto. Por lo tanto, los mejores investigadores están abocados a dar una respuesta contundente.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
fotos | FAUSTINO PÉREZ