Dos ciudadanos, entre ellos una niña de trece años, perecieron en un accidente automovilístico que tuvo como escenario el kilómetro 57 de la Autopista Regional del Centro, en dirección a Caracas, informaron los familiares de las víctimas que se acercaron en la mañana de este martes a la Morgue de Caña de Azúcar a retirar los cadáveres para su cristiana sepultura.
Los fallecidos en ese hecho vial quedaron identificados como Juan
José Linares Díaz, de 18 años de edad, de oficio mecánico y domiciliado en el sector El Hatillo del estado Miranda, y María Fabiola Linares Díaz, de 13 años.
Migdalis Díaz, madre de Juan José, y abuela de la menorcita, manifestó a los reporteros que el suceso se escenificó el Domingo de Gloria a eso de las 10:00 de la noche cuando ellos, junto con Marcos López, de 38 años y María Fernanda Linares, de 31 años, ambos lesionados, regresaban a la ciudad de Caracas, luego de disfrutar del asueto de la Semana Mayor en la población del Cinaruco del estado Apure.
Venían en un machito conducido por Marcos López, y a la altura del kilómetro 57, la capa asfáltica del tramo de la ARC estaba impregnada de aceite y gasoil, cuando el conductor del rústico vio un carro, cuyo conductor había tenido un accidente, y tratando de evitar una tragedia, maniobró el volante hacia otro ángulo.
Ante esa situación anormal, el carro se coleó e inmediatamente volcó, estrellándose luego contra un poste de alumbrado eléctrico. Juan Linares y María Fabiola murieron casi de manera inmediata a causa de múltiples fracturas y lesiones que comprometieron sus vidas.
Mientras que los heridos fueron trasladados al Hospital José María Benítez en La Victoria, en donde se recuperan de las lesiones. Comentó la denunciante que el estado de salud de sus seres queridos es estable y en franca recuperación.
Señaló que su familia viajó hacia esa región del país el martes Santo y durante esos días, “mis seres queridos disfrutaron de las cortas vacaciones como nunca lo habían hecho e incluso pescaron. La pasaron bien en la unión familiar”.
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Añadiendo que Juan Linares le había traído unos cuantos pescados, y regresaba a Caracas muy alegre, pero lamentablemente el destino de la vida le hizo una mala jugada. “Es un dolor muy grande que siento en estos momentos de la vida y no puedo describirlo, me cuesta creer que mis seres queridos están hoy muertos”, expresó en medio de lágrimas y tristeza de una madre que pierde a su hijo en un accidente automovilístico.
Por otro lado, vale indicar que una comisión de la Policía Nacional Bolivariana, adscrita a la División de Tránsito Terrestre inició las averiguaciones de rigor. Al lugar acudieron comisiones de la Guardia Nacional y demás organismos que participaron en el dispositivo de la Semana Santa.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO
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