Los hombres de Paja: Testaferros por Mario Valdez

Los hombres de paja o Testaferros, son individuos que en sus pueblos y ciudades donde vivieron o viven, nunca se les conoció bienes de fortuna, ni haber recibido herencia, ni realizado trabajos o negocios que justifiquen las riquezas y los millones de dólares que ostentan y derrochan, tanto en Venezuela, como en otros países.
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Hay testaferros corruptos de distintas categorías, que por mucho dinero mal habido jamás se quitaran la mancha negra que los acompaña, donde quiera que vayan son señalados, hoy vemos como los corretean y los desprecian por el mundo.

El testaferro se presta para realizar actividades al margen de la ley, para que una persona adquiera bienes ya sean inmuebles (edificios, casas, hatos, restaurantes, hoteles, etc.), bienes muebles (aviones, yates, vehículos, etc.), sumas de dinero, que están a nombre del testaferro y no del verdadero dueño que es quien en realidad (disfruta de los beneficios, perciben las ganancias que producen los negocios, a la vez que elude obligaciones legales), pagándole a ese sujeto para que sea su testaferro.

Los hombres de paja, son unos individuos impostores que prestan su identidad para asumir una titularidad, ya sea firmando un contrato o un documento donde asumen responsabilidades, y se hacen cargo de cosas y bienes como si fueran suyas, pero realmente pertenecen a otras personas.

El testaferrato es un delito transnacional

El testaferrato como delito transnacional representa uno de los conflictos de gran interés en el derecho penal contemporáneo, porque va emparejado con la evolución de la delincuencia organizada.

La transferencia y traspaso de bienes ilegales, el producto económico que generan estos actos, es lo que hoy conocemos como la criminalidad transnacional, todo ello, va hacia la internacionalización de la economía en las distintas naciones, donde operan los corruptos inescrupulosos que han desangrado a Venezuela, los que se robaron los dineros del erario público que debían haber sido destinados para la compra de medicinas y la salud, la compra de bienes y servicios, así como los de los alimentos y los insumos, dejando un país sumido en la miseria y la ruina, donde la gente se está muriendo de hambre porque no se consigue comida ni medicina para el pueblo, y las que llegan es a precios inaccesible, de bachaqueros.

Detrás de un corrupto hay un testaferro

Los hombres de paja suelen aparecer cuando un político o empresario que ocupa cargos públicos, maneja fondos o dineros obtenidos de manera ilícita, ya sea por sobreprecios, comisiones de contrataciones, mesadas o coimas, que necesita celebrar un contrato o realizar un negocio, pero no puede aparecer con su nombre en esas operaciones, porque contraviene con sus responsabilidades y deberes como funcionario, es allí donde aparecen los hombres de paja, los testaferros que ponen sus nombres para que se hagan las negociaciones, recibiendo a cambio una paga, pero las ganancias y beneficios reales son del funcionario.

Siempre vamos a encontrar a un funcionario corrupto con su testaferro faldero, los hay tan descarados que lo gritan a cuatro viento en los bares caraqueños.

Usualmente hacen un contradocumento para tratar de garantizarse la posibilidad de reclamo cuando el testaferro se alza con los bienes o se niega a regresar los dineros que le fueron confiados.

Son muchos los casos donde han fallecido los testaferros y los verdaderos dueños se han quedado con los crespos hechos, sin poder reclamar los bienes o las fortunas dejadas al testaferro. En estos últimos años, muchos de los que pusieron fortunas en otras manos se les han puesto difícil la recuperación.

El uso del testaferro tiene como misión evadir la justicia

El hombre de paja o testaferro en la jurisdicción penal usualmente lo encontramos involucrado en la asunción de la titularidad o la administración de empresas o sociedades mercantiles, donde aparecen como dueños, ya que por diversas razones los verdaderos dueños reales no pueden o no les interesa aparecer como tales, socios o administradores ante terceros.

Ya sea porque están inhabilitados o porque sobre ellos pesa una investigación o un juicio, lo que les imposibilita realizar legalmente operaciones comerciales o financieras.

En estos casos la manera más expedita para mantener sus negocios y proteger sus bienes es recurrir al testaferro, que muchas veces es un familiar o a un amigo cercano de gran confianza.

No resulta extraño encontrar en las notarías y registros mercantiles venezolanos donde un sujeto aparece como socio único y administrador de varias empresas con las cuales no guarda relación y apenas si tiene conocimiento de su existencia, pero reciben una paga por firmar o delegar la firma de documentos. Esos negocios ilegales siempre están en la mira de la fiscalía y los tribunales.

Por Mario Valdez/www.elvenezolanonews.com

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