El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, resaltó que se mantiene la tendencia de la reducción de la mortalidad infantil en nuestro país, la cual bajó de 7,9 por cada 1.000 nacidos vivos en 2016 a 6,6 en 2017. En términos absolutos fallecieron 100 niños menos.
Tras el Consejo de Ministros realizado en la Torre Ejecutiva, el secretario de Estado informó que “continúa a la baja la tendencia de la mortalidad infantil en nuestro país”.
En 2016 ese indicador fue de 7,9 cada 1.000 nacidos vivos y en 2017 cayó a 6,6. “En términos absolutos fallecieron 100 niños menos”, remarcó.
Resaltó que se trata del indicador “más bajo de la historia”, lo cual demuestra “el resultado positivo de las políticas sociales y las mejoras del sistema sanitario”.
En tal sentido explicó que el primero de ese tipo de fallecimientos se produce antes de los 28 días de nacido el niño y está vinculado a “la planificación, control y seguimiento del embarazo, diagnóstico precoz de patologías, problemas congénitos o vinculados a la prematurez”.
Mientras que el fallecimiento posneonatal ocurre entre el mes y el año de vida del niño, “y es muy importante el impacto de las políticas socioeconómicas”.
La tasa neonatal precoz bajó de 3,91 cada 1000 nacidos vivos en 2016 (184 fallecidos) a 2,98 en 2017 (128 fallecidos).
En tanto que la tasa neonatal tardía (entre 7 y 28 días) disminuyó de 1,45 cada 1.000 nacidos vividos (68 fallecidos) en 2016 a 1,39 (60 fallecidos) al año siguiente.
Aclaró que la de la mortalidad infantil “no obedece al incremento de los abortos terapéuticos ni a la interrupción voluntaria de embarazos”.
Fuente: lared21
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