Tres fallecidos y 20 intoxicados tras la ingesta de yuca “amarga”

En las afueras del Hospital José María Benítez en La Victoria, municipio Ribas, se encontraban los familiares de los niños muertos e intoxicados tras la ingesta de yuca “amarga”, quienes, en medio de su dolor, ofrecieron sus testimonios vividos en la mañana de este domingo en la población de Las Tejerías.

Los intoxicados fueron trasladados al Hospital José María Benítez

Asimismo, las autoridades del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas confirmaron la muerte de tres menorcitos y el caso está bajo averiguación de la División de Homicidios del estado Aragua, con el propósito de establecer las responsabilidades y las posibles sanciones.

Cristina Villa Paredes, tía, informó que su sobrinito Yeimerson Rangel, de 5 años de edad, murió este domingo a las 9:00 de la noche cuando era trasladado en una ambulancia al Hospital Central de Maracay.

Cristina Villa Paredes e Ingrid Josefina Nieves, familiares del niño muerto, ofrecieron declaraciones a los periodistas

Manifestó que el chiquillo comenzó a presentar dolores estomacales muy fuertes, dificultad para respirar y desmayo luego de comer yuca con frijoles y cambures. Por su parte, Ingrid Josefina Nieves, tía de Bryan Rangel, agregó que su sobrino se encuentra en “estado de coma” en el HCM y teme por su vida, sólo un milagro hará que se levante de la cama. “Todos estamos orando por su pronta recuperación”.

Villa y Nieves añadieron que en el Benítez permanecen recluidos bajo vigilancia médica, Hilda Nieves (43), abuela de Yeimerson; Yeidy Rangel (27), madre de la víctima; Johander Rangel, de 9 meses, Yonder Rangel, de 6 años, Santiago Rojas (9), Jonathan, padrastro, y Yenfer Rangel, de 22 años.

Informaron que el sábado en la mañana, Jonathan, quien reside con su familia en el sector La Línea en Guacamaya de Las Tejerías, se dirigió a un sitio “aún desconocido por nosotras a comprar yuca” para darle comida a los muchachos y el domingo los niños empezaron a sentirse muy mal.

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Del núcleo familiar -relataron a los reporteros- se intoxicaron nueve personas, incluyendo niños y adultos, y el menorcito murió en la noche del domingo.

Mientras que a tempranas horas de la mañana del domingo fallecieron dos niñas, una de ellas identificada como Frangelis Pérez, de 4 años de edad, y una bebé de dos años, Angeli Gabriela Carrillo Pérez, ambas con domicilio establecido en el barrio La Concepción del municipio Revenga. Del segundo núcleo familiar resultaron 11 personas afectadas.

UN CASO DE SALUD PÚBLICA

Los periodistas de los distintos medios de comunicación social de la región se dirigieron a primera hora de la mañana de este lunes a la dirección del Hospital José María Benítez para conocer el estado de los pacientes, pero lamentablemente, nadie dio la cara ante un hecho de tal naturaleza.

A través de los jefes de seguridad del referido centro asistencial, los directores alegaron que no “estaban autorizados” para informar del asunto a los periodistas, y la noticia se dio a conocer gracias a las denuncias de los familiares de las víctimas.

Ante el hermetismo, los reporteros contactaron en el ambulatorio de Las Tejerías al director general de la Alcaldía de Las Tejerías, Gerson Vergara, y éste manifestó que no conocía del asunto. Luego se retractó señalando: “Sí tengo conocimiento, en forma preliminar, pero no sé los detalles del caso”.

Tampoco fue posible ubicar al burgomaestre, y a través de fuentes no oficiales, se tuvo información de que la Dirección de Epidemiología del municipio se encontraba en el perímetro del pueblo haciendo un recorrido contactando a “los yuqueros”, pero éstos desaparecieron por arte de magia tras conocerse la triste noticia del fallecimiento de tres menores y al menos 20 intoxicados.

Mientras que en la policía científica se dijo que la gente de Homicidios citó a unos vendedores de yuca para tomarles declaraciones.

DESAPARECIÓ “El YUCÓLOGO”

Asimismo, se indicó que el viernes a primera hora de la mañana, en las afueras del mercadito de Las Tejerías, se instaló un sujeto a vender yuca, conocido como “El Yucólogo”.

Testigos afirmaron que el hombre, ante la falta de comida, vendió mucha yuca y luego desapareció. “El producto era raro, pero la gente no le prestó atención y ahora tenemos esa desgracia”.

Los que conocen de la materia exhortaron a la población a abstenerse de comprar ese tubérculo. Cuando se sancocha, el rubro se pone amarillo y es muy diferente su color a la normal. Es fácil de diferenciar.

En fin de cuentas, se espera que las autoridades sanitarias, tanto municipales como regionales, ofrezcan una rueda de prensa alertando a la población sobre el consumo de tubérculos que puedan acarrear la muerte.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO