Masticar cápsulas de detergente: el reto que podría acabar con tu vida

El reto es sencillo: coger una cápsula soluble de detergente líquido para la lavadora y masticarla. Sencillo, ¿verdad? Pero toda una imprudencia que puede dañar tus órganos con tan solo un mínimo contacto con tu boca.

Si las empresas que las comercializan ya advierten que no se utilicen estas pequeñas bolsitas con las manos humedecias, imaginaros el daño que puede provocar si se ponen en contacto con la saliva u órganos internos del cuerpo. Parece que es algo que ha sucedido a niños de 5 años, pero no. Se trata de la nueva y peligrosa moda que se ha hecho viral en Internet y que ha provocado que varias personas vayan al hospital.

La verdad es que no se sabe quién o cómo comenzó este reto a coger fama entre los jóvenes, sobre todo porque ahora, la gran mayoría de vídeos de este tipo que se encuentran en Youtube o Instagram son de gente advirtiendo que no hagan este tipo de locuras. Así que no se sabe qué fue antes, ¿el huevo o la gallina? Lo cierto es que existen datos reales de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de Estados Unidos que apuntan que solo en 2017, unos 220 adolescentes estuvieron expuestos a este tipo de cápsulas, de los cuales, un 25% reconoce haberlo hecho de manera intencional. No sabemos si como causa del reto o por la atracción que les provoca la textura y los colores del producto en sí, pero esta cifra ha aumentado en estos primeros días de enero en unas 37 personas (justo cuando el reto ha vuelto a hacerse viral tras meses en pause).

¿Cómo puede dañarme ingerir detergente?

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) lleva años advirtiendo sobre el poder de atracción de este tipo de cápsulas en niños “por su colorido y fácil manejo”, lo que provoca que tiendan a llevárselo a la boca. De hecho, calculan que solo en España 16.000 niños menores de 5 años se han visto afectados por las sustancias químicas que poseen: “Dado que el contenido de la cápsula se libera cuando entra en contacto con líquido al tener una membrana hidrosoluble que la recubre, el niño podría intoxicarse si se la llevase a la boca, pues se disolvería rápidamente con la humedad. Incluso si solo jugase con ella”.

El simple contacto con una cápsula ya puede ser todo un peligro. Según AECOSAN, “si esta entra en contacto con los ojos, puede provocar conjuntivitis, dolor o irritación”. En caso de que parte de ese detergente llega a ser tragado los problemas pueden ser más severos: “Desde vómitos severos, tos, problemas para respirar, náuseas, somnolencia o erupciones o quemaduras”.

Es necesario no provocar el vómito, porque los productos químicos de cada cápsula pueden variar y llegar a ser corrosivos. En caso de que le obliguemos a expulsar el contenido del estómago por la boca estaríamos exponiendo al niño o adolescente a que se vuelva a quemar la garganta y la boca. Por ello, hasta que no llege al centro hospitalario no debe hacer nada, salvo lavar con agua las zonas en las que aún pueda quedar detergente visible.

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Ya en el hospital, el paciente debe quedar en reposo y se le procede a un lavado de estómago con carbono activado según la cantidad de detergente que haya ingerido y el peso de la persona. De esta manera pueden conseguir que elimine los productos químicos (agentes tensoactivos o surfactantes, polifosfatos, silicatos solubles, carbonatos, sulfato de sodio, perboratos, entre otros) sin que afecten a otros órganos. Es importante que si te ocurre algo parecido lleves el producto ingerido al hospital para que los médicos puedan llegar a saber cómo actuar sin provocar el vómito.

Fuente: Quo.es

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