Dos diáconos recibieron la ordenación sacerdotal en la Catedral

El obispo de la Diócesis de Maracay, monseñor Rafael Conde, acompañado de sacerdotes y seminaristas, presidió ayer la ordenación sacerdotal de los diáconos Romel Linares y Bernardo García, realizada en la Catedral de Maracay.

Obispo de Maracay Rafael Conde presidió la ordenación sacerdotal

Minutos antes de la imposición de manos a los presbíteros que iban a recibir el Ministerio de la Orden sacerdotal, Conde les aconsejó que:

 

Los presbíteros deben enseñar lo que creen y practicar lo que enseñan

“realizar en cuanto les corresponda la función de enseñar en nombre de Cristo, el maestro, transmitan a todos la palabra de Dios que han recibido con alegría y al meditar procuren creer lo que leen, enseñar lo que creen y practicar lo que enseñan, que esa enseñanza sea alimento para el pueblo de Dios”.

 

Luego añadió, “que sus vidas sean estímulo para los discípulos de Cristo, a fin de que con su palabra y ejemplo se vaya edificando la casa, que es la iglesia de Dios, les corresponde también la función de santificar a los fieles en nombre de Cristo, por su ministerio alcanzar su plenitud en sacrificio espiritual de los fieles, al ser ofrecido por ustedes sobre el altar unido al sacrificio de Cristo, dense cuenta lo que hacen e imiten lo que conmemoran para que al celebrar el misterio de la muerte y la resurrección del Señor se esfuercen por hacer morir en ustedes el mal y procuren caminar en una vida nueva”, señaló monseñor Conde, quien ayer cumplió 22 años de haber sido ordenado Obispo.

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Imposición de manos

“Al recibir a los hombres del pueblo de Dios por el bautismo, al perdonar los pecados en nombre de Cristo y la iglesia por el sacramento de la penitencia, al dar a los enfermos el alivio del óleo santo, al celebrar las acciones litúrgicas, al ofrecer durante el día la alabanza la acción de gracias, no solo por el pueblo de Dios sino por el mundo entero, recuerden que han sido escogidos entre los hombres y puestos al servicio de ellos en las cosas de Dios, realicen con alegría la verdadera caridad, sacerdote no buscando la propia gloria sino la de Jesucristo, tengan siempre el ejemplo del buen pastor que no vino a ser servido sino a servir y a salvar lo que estaba perdido”, terminó diciendo.

 

LUIS CHUNGA | elsiglo
fotos | FAUSTINO PÉREZ

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