Baloncesto venezolano se viste de luto por muerte de Mauricio Johnson

El deporte aragüeño y el baloncesto nacional amaneció de luto este miércoles por el sensible fallecimiento de Mauricio Clifford Johnson, a los 82 años de edad, producto de una afección respiratoria.

Johnson fue campeón nacional con Aragua en 1958

Johnson fue un destacado multiatleta de la década de los años 50, 60 y 70, erigiéndose como uno de los mejores basquetbolistas venezolanos de todos los tiempos. Además de estar presente en el cuerpo técnico de los “Héroes de Portland” evento en el que fungió como asistente del entrenador puertorriqueño, Julio Toro.

Fue destacado entrenador y asistente técnico

Clifford Johnson, como era su nombre original, nació en Maracaibo el 26 de octubre de 1935, nieto de ingleses e hijo de padres guyaneses que llegaron al estado Zulia para trabajar en los yacimientos petroleros en poder de la empresa trasnacional Shell.

“Mi padre nació en Venezuela de casualidad ya que mis abuelos vinieron aquí a trabajar”, explicó Ismey Johnson. “Eran 11 hermanos, no recuerdo que número era él, pero si sé que a los 13 años él se mudó para Valencia porque mis abuelos se fueron del país, pero siempre tuvo un amor especial por Venezuela.”, agregó la hija de Johnson.

Recordó que “Mauricio”, apodo que le colocó su abuela y que con el tiempo se dio a conocer en el mundo del deporte, comenzó desde muy niño a practicar diversas disciplinas como el voleibol, atletismo, boxeo y baloncesto donde más destacó.

“Se le escapaba por las noches a sus papás y se iba a jugar baloncesto, en la oscuridad. Siempre me decía que lo que más disfrutaba era el sonido del balón sacudiendo la malla. No importaba que estuviera oscuro, él se iba a jugar”, mencionó Ismey.

Ya en el centro del país fue “descubierto” por un cazatalentos que lo trajo al estado Aragua, entidad que representó en múltiples ocasiones, y a los 14 años fue “reclutado” por la Academia de Aviación Militar, donde trabajó por más de 40 años como entrenador deportivo de los cadetes y en su honor el gimnasio cubierto de dicha institución fue bautizada con su nombre.

Junto a Michael Jordan y Carl Herrera en el preolimpico de Portland

Entre sus principales logros vale mencionar el campeonato nacional que ganó con la selección de Aragua de 1958, torneo que se disputó en un tabloncillo que se colocó en la Maestranza César Girón.

Vistió también la camiseta de la selección nacional con grandes figuras del deporte como Lancelot Bob, Pedro “Camaguey” Espinoza, Rafael Romero Bolívar, Pablo Tovar, Rodolfo Ramírez, José Anzola, Julio Mogollón, quienes además de compartir en la cancha fueron grandes amigos fuera del gimnasio.

Como técnico trabajó en diversas categorías menores y a nivel profesional acompañó a Julio Toro en Guaqueríes de Margarita, con quienes se tituló campeón, asistiendo al boricua en el Panamericano de Baloncesto de Portland de 1992 donde Venezuela consiguió una histórica medalla de plata tras caer en la final ante el Dream Team de Estados Unidos, liderado por Michael Jordan.

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Logros que le valieron a Johnson ser inmortalizado en el Salón de la Fama del Deporte Venezolano y también reposa su placa en el pabellón de los Glorias Deportivas del estado Aragua

PROFUNDO AMOR POR VENEZUELA

Ismey Johnson resaltó el profundo amor de su padre por Venezuela

Durante toda la conversación sobre sus padres, Ismey Johnson, reiteró el profundo amor que Clifford Johnson tuvo por el país. Cuando era adolescente los padres de aquel atleta se
marcharon a su originaria Inglaterra, pero él decidió quedarse. Nunca se quiso mudar, a pesar de las dificultades que atraviesa la nación, jamás le pasó por la mente abandonar Venezuela

“Papá decía: ‘yo muero en Venezuela’ y así fue. Él tiene hermanos en Barbados, Toronto, Estados Unidos, pero el amor que tenía por Venezuela era demasiado grande. Creo que ese es uno o el principal legado que nos deja. Sentía un orgullo por el Himno Nacional, la Bandera, siempre nos decía que cantáramos el himno como lo hacían los muchachos de la academia militar”, rememoró.

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Orgullo por el país que siempre defendió con gallardía. “También decía que él jugaba por amor a la camiseta sin importar que no tuviera retribuciones”, expresó.

Fuera de las canchas, Johnson era una amante de la música, cientos de cintas de cassette de salsa, merengue y boleros reposan en su colección. Según Ismey, también fue un empedernido jugador de dominó. “No le gustaba perder, siempre pedía la revancha a su rival de turno hasta que le ganara. Era el alma de la fiesta también, un hombre muy alegre, consentidor de sus nietos, así recordaré a mi padre”, indicó.

ADONIBAL CARRASCO| elsiglo
fotos y reproducciones: DENYS SÁNCHEZ
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