Un joven de 23 años de edad, identificado como Eris Alejandro Montilva Santana, fue tiroteado y después decapitado en un acto, según la versión de sus seres queridos, relacionado con una venganza por “algo” que se desconoce.
Aunque no se identificaron por medidas de seguridad, los familiares expresaron que el ciudadano se encontraba en horas del mediodía del sábado 30 de diciembre lavando una camioneta de pasajeros, en la cual trabajaba como colector e incluso de conductor en un sitio ubicado en la parroquia Zuata del municipio Ribas.
Dos hombres en un vehículo, del cual no se precisaron detalles, se acercaron a la comunidad de El Indio y lo llamaron por su nombre con la intención de efectuar un “negocio”.
Tras sostener un intercambio de palabras, los extraños visitantes se llevaron al transportista bajo engaño, con destino desconocido. Horas más tarde -la noticia corrió como pólvora- su cadáver apareció en un sitio boscoso de Valle Verde en Zuata.
Al acercarse al lugar, los dolientes observaron el cuerpo del individuo sin la cabeza y ésta presentaba un disparo. Lo decapitaron con un objeto cortante y las razones de ese acto lo relacionan con una venganza.
Montilva Santana dejó en la orfandad a un niño de un año, producto de una relación amorosa con una mujer casada y que los parientes de la víctima identificaron el 1º de enero.
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Hay la sospecha de que el crimen se haya cometido bajo la modalidad de sicariato en medio de un drama pasional. Sin embargo, la versión se maneja de manera extraoficial.
Por lo tanto, una comisión de la Base de Homicidios de La Victoria-Las Tejerías se trasladó a la barriada, iniciando las averiguaciones de rigor y tomando declaraciones con quienes realizaron el hallazgo de la persona muerta en ese paraje de Valle Verde.
Asimismo, se tuvo conocimiento de que los homicidas presuntamente forman parte de la banda de “El Cerro La Cruz”, y señalaron como autores materiales del crimen a entre tres y cuatro delincuentes.
Por otro lado, se tuvo información de que el joven era conocido con el remoquete de “El Chavo”, y supuestamente se dedicaba a “pasar datos” a los antisociales de la zona para que robaran las camionetas de transporte público. No obstante, la versión está en proceso de investigación y mientras no se demuestre lo contrario, todas las hipótesis cobran fuerza.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
foto | RAFAEL SALGUERO
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