viernes, abril 19, 2024
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Día de los Inocentes: una fiesta religiosa con más relevancia que nunca

Cada 28 de diciembre se celebra en el mundo el Día de los Santos Inocentes, como una fiesta durante la cual muchos hacen y reciben bromas. Pero se trata de una celebración, en principio, religiosa; y la Iglesia Católica la celebra a favor de los niños debido a las razones que dieron su origen.

Esta es la historia: Herodes temía por su futuro político y creía en peligro su reinado después de recibir a los “Magos”, quienes -llegados de Oriente- buscaban al niño que se convertiría en rey para adorarlo.

Tras el nacimiento del Niño Jesús en Belén, el rey ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años de edad en la región de Judea, en un intento desesperado por eliminar al Mesías, como se lo habían presentado los Reyes Magos.

Pero cuenta el evangelista Mateo (2, 13-23), que el “Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto”; y permanece ahí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle'”.

Así que san José “se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes”. La Sagrada Familia partió de este modo, logrando impedir la muerte del Hijo de Dios.

Desde entonces, la Iglesia conmemora todos los años a los Santos Inocentes. Con el tiempo, debido a razones culturales y folclóricas, adquirió en algunas regiones una connotación graciosa y en algunos casos eminentemente mundana.

En la Edad Media, algunos escritores cristianos calculaban la cantidad de niños asesinados entre tres y 15 mil, pero según versiones históricas, el censo ordenado por el gobernador Quirino indicaría que en Belén no había más de 800 habitantes.

TAMBIÉN JUAN BAUTISTA SE SALVÓ DE LA PERSECUCIÓN

Muy cerca de Jerusalén se encuentra la población de Ain Karen, que es el lugar de “La Visitación” y del nacimiento de Juan el Bautista. Con solo seis meses más de edad que Jesús, habría sido también una de las víctimas de Herodes.

En medio de la persecución, santa Isabel buscó dónde ocultar al niño y eligió una roca para colocarlo lejos de los soldados. Cuando estos hallaron a la madre, no vieron en ningún lado al niño.

Una vez partieron, corrió Isabel por su hijo y descubrió que la roca “se había ahuecado” para dar lugar en su interior al pequeño perseguido. Así se salvó Juan el Bautista”, según narró Sergio Román al Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México.

Además, en la Basílica de la Visitación, sobre el monte, se conserva una extraña roca ahuecada que recuerda precisamente esa anécdota.

BENEDICTO XVI: LAS MADRES ENCUENTRAN CONSUELO EN DIOS

Más recientemente se expresó sobre este hecho histórico el ahora Papa emérito, Benedicto XVI, quien hizo un profundo análisis en su libro: “La infancia de Jesús”.  En sus líneas, el considerado “mayor teólogo del mundo” interpreta el relato de Mateo a la luz de la doctrina judía y la Biblia. 

El Pontífice concluye con una enseñanza que aún hoy una madre que ha perdido a un hijo puede aplicarse. “El grito de Raquel es un grito del mismo Dios al que sólo Él puede responder, porque la única consolación verdadera, que va más allá de las meras palabras, sería la resurrección”.

El saber por lo Magos de un pretendiente al trono seguramente puso en guardia a Herodes, afirma Benedicto XVI. “Visto su carácter, estaba claro que ningún escrúpulo le habría frenado”, agrega.

Aunque es cierto que “no sabemos nada sobre este hecho por fuentes que no sean bíblicas, pero, teniendo en cuenta tantas crueldades cometidas por Herodes, eso no demuestra que no se hubiera producido el crimen”.

En nuestra época histórica “sigue siendo actual el grito de las madres a Dios, pero la resurrección de Jesús nos refuerza al mismo tiempo en la esperanza del verdadero consuelo”, concluye el Papa, quien sostiene que el nacimiento del Mesías “no es una fábula para los niños” sino “la respuesta de Dios al drama de la humanidad”.

JUAN PABLO II: VIOLENCIA GRATUITA ACABÓ CON LOS NIÑOS

También Juan Pablo II se refiere a la amenaza que sufrió la Sagrada Familia poco después del nacimiento de Jesús. Una “violencia gratuita” que pone en peligro la vida y estabilidad de muchas otras familias “provoca la muerte de los santos inocentes”.

Recordando esa terrible prueba vivida por el Hijo de Dios y sus coetáneos, “la Iglesia se siente invitada a orar por todas las familias amenazadas desde dentro o desde fuera. Y ora, en particular, por los padres, cuya gran responsabilidad pone de relieve especialmente el evangelio de san Lucas”. 

En efecto, señala, “Dios confía su Hijo a María, y ambos a José. Es preciso orar con insistencia por todas las madres y todos los padres, para que sean fieles a su vocación y sean dignos de la confianza que Dios deposita en ellos al encomendarles el cuidado de sus hijos”.

UN PORQUÉ DE LAS BROMAS

La costumbre de intercambiar entre amigos y conocidos, bromas que no causan perjuicio, apunta al hecho de que se trata de bromas “inocentes”. Y una forma que -en opinión del obispo venezolano Reinaldo Del Prette– busca “matizar de manera jocosa un evento que fue muy duro”.

En conversación con Globovisión, el Arzobispo de Valencia (Carabobo) dijo que se trata de “una celebración donde el niño es lo central y más importante”. Eso, insiste, “es lo más bonito”. 

No obstante, deja claro que hacer bromas es parte de la cultura latinoamericana. “Herodes mandó a matar a los inocentes… De lo bíblico se pasó a la tradición de echar cuentos, pero es una manera jocosa de vivir un acontecimiento”. 

Sostiene que “la manera adecuada de vivir la (también celebración litúrgica) es con los niños agradeciéndole al Niño Jesús el hecho de que hayan nacido y por eso es un día que la Iglesia les dedica”. Lo demás es anecdótico y parte del folclor, “pero el sentido de la fiesta es poner en primer lugar a los niños”.

En esa misma tónica se expresó el sacerdote Pedro Freitas, párroco de la Catedral de Valencia, donde se realiza desde hace más de 70 años una celebración especialmente dedicada a los niños, que cuenta con la bendición de estos y sus familias, como un símbolo para toda Venezuela.

“Cabe una acepción positiva hacia el término inocente. Todo niño depende de los adultos. Y es objeto de cuidado”. Por ende, recibe una atención especial de la Iglesia.

“Según el texto bíblico, Herodes manda a matar a todos los niños de Belén menores de dos años. Se les llama inocentes porque son incapaces de defenderse. Esta fiesta nació en la Iglesia para honrar a estos niños que murieron en el marco del nacimiento de Jesús”, explicó.

Y los celebramos como mártires “aun sin haberse desarrollado el misterio de la Pasión de Jesús que sucederá tres décadas después. Esos niños murieron dando testimonio, por eso se les venera como mártires”.

Desde el punto de vista cultural, se toma en consideración “el concepto de inocencia que llevó a la introducción de las bromas, abusando tal vez del término que lo vincula a la torpeza. Y se ha hecho en el ideario de algunos países, pero no en todos”, aclara el sacerdote.

La práctica ha ido decayendo, dijo. Y lo atribuye a que “en el país la cosa no está para bromas… Muchas veces: o no salen bien, porque no son chistosas; o simplemente porque esa actuación se pone en descrédito”.

En muchas partes de Venezuela es una fiesta que celebra con énfasis a los niños “en condición de indefensión”, con base en “el recuerdo del nacimiento de Jesús”, lo que nos invita a que “pongamos la mirada de modo particular en los más pequeños; en especial a los que viven situaciones muy adversas”.

Nos unimos en oración “por los que sufren. La Iglesia ora por ellos para que -por la intercesión de los santos inocentes, quienes viven alguna dificultad puedan encontrar la ayuda y el soporte que necesitan; y así puedan tener vida plena”.

Fuente:Globovisión