Si sabes lo que te gusta en la cama, eres afortunada ya que no muchas lo tienen claro. Pero en ocasiones lo que buscamos no lo hablamos por vergüenza o miedo. Para que dejes de pensar así te mostramos cómo evitarlo
Necesitarás tomar un par de segundos para respirar y sentirte lo suficientemente cómoda como para darle tus ‘recomendaciones’.
Es importante que sepas que no lo tomará mal, al contrario, debe aceptar la crítica constructiva y estar dispuesto a mejorar su técnica. Mientras no seas grosera ni condescendiente, seguro estará feliz de satisfacer tus deseos.
Recuerda, todo está en el detalle. Entre más específica seas, mejor te entenderá. Es como dar instrucciones: ¿le vas a decir a un turista que siga la calle y luego dé vuelta a la derecha? No, debes ser tan específica como decir: en la siguiente calle, a más o menos unos 50 metros, da vuelta a la derecha en la calle Londres. Igual y no te entiende ahorita, pero cuando esté en el momento, apreciará el detalle de tus instrucciones.
Si tu pareja hizo (de puro milagro) algo bien, ¡díselo! Demuéstrale tu entusiasmo con gritos y gemidos, créenos lo recordará lo que hizo y la técnica por meses. Lo importante es que le comuniques lo que te gusta, y si no sabes lo que te gusta, experimenten, experimenten, experimenten y experimenten hasta que encuentren algo que sí te haga sentir algo.
No temas en tomar las riendas de tu propio placer. Si de plano no puedes encontrar tu voz en el asunto, o una forma específica para demostrarle cómo se hace, ¡muéstraselo!
Si tú lo haces y dejas que te vea, aprenderá y lo excitarás al mismo tiempo. Y si te da muchísima pena tocarte en frente de él, llévalo de la mano (literal) y muéstrale qué hacer con detalle.
Si ya sabes lo que te gusta, sé cuidadosa en cómo expresarlo. Créeme, no querrás darle toda una lección de partes femeninas en una sola sentada, es importante que vayas a poco mostrándole lo que te gusta en la cama y lo que quieres que haga. Si es mucha información, ninguna se quedará en su cerebro y tú sólo terminarás frustrándote.
Fuente: EmeDeMujer
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