Los Golden State Warriors derrotaron a los Cleveland Cavaliers (99-92), gracias en su gran mayoría a Draymond Green (12-12-12) y Kevin Durant (25 puntos, 7 rebotes y 5 tapones).
En el primer cuarto fueron los Cavaliers los que salieron con más intensidad. LeBron James clamaba venganza tras las últimas finales y dejó claro que llegaba a San Francisco con todo dejándonos un mate de los suyos en los primeros compases de choque.
Por el otro lado, Klay Thompson y Kevin Durant trataban de aupar a su equipo desde el triple, pero los Warriors habían salido flojos y tuvo que despertarlos Durant desde la defensa. El ex de los Thunder se llevó una técnica y estuvo muy cerca de llevarse otra en un rifirrafe con Calderón.
Con Kevin Love y Kevin Durant como estiletes, el primer cuarto terminó con un ajustado 28-24 para los Cavs, que notaron la ausencia de Stephen Curry en un partido tan importante como éste.
El segundo cuarto fue muy distinto. Los Warriors comenzaron a defender como es habitual en ellos y a los Cavaliers les costaba un mundo conseguir una canasta. De hecho, LeBron no pudo conseguir ninguna canasta en juego en todo el cuarto.
Una vez más fue Kevin Durant el más destacado, que se fue al descanso con 14 puntos y 6 rebotes, y repartiendo tapones a diestro y siniestro. No obstante, aunque los Cavaliers anotaron tan solo 16 puntos en ese cuarto, Golden State se marchó sólo dos puntos arriba al descanso (46-44).
En el tercer cuarto llegó un invitado sorpresa al partido: Patrick McCaw. El encargado de ‘sustituir’ a Stephen Curry realizó tres buenas jugadas que permitieron respirar un poco a los Warriors, pero siempre aparecía Kevin Love o Jae Crowder para anotar algún triple que mantuviera en el partido a su equipo.
Andaba algo más desaparecido LeBron James, que seguía aportando desde los tiros libres, aunque su porcentaje de tiro estaba siendo demasiado pobre. De hecho, la defensa de los Warriors estaba dejando en muy pocos puntos a jugadores como JR Smith, Kyle Korver o Tristan Thompson.
Pero los Warriors tampoco terminaban de marcharse a pesar de parecer más equipo y los Cavs se mantenían en el encuentro al final del tercer cuarto, cuando perdían por tan solo cuatro puntos (71-67).
Llegaba el momento de la verdad y los Warriors parecían más enteros que los de Tyronn Lue, pero cuando pegaban un carrerón, siempre aparecía alguien de los Cavs para recortar distancias y meterles de nuevo en el partido.
ANGEL MARÍN | elsiglo
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