Elecciones catalanas están marcadas por la complejidad y el dramatismo

Las elecciones del jueves en Cataluña no resolverán la compleja situación política que vive la región, pero obligarán a los distintos candidatos «a entenderse para superar la absoluta fractura social tras el proceso independentista», a jucio de Argelia Queralt la doctora en Derecho por la Universidad de Barcelona.

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«La participación y ese 25% de indecisos que las encuestas dicen que hay, influirán mucho en el resultado», sostuvo la también directora editorial de Agenda Pública, una web que analiza la realidad jurídico-política, económica y social de España, en una entrevista con la agencia dpa en Barcelona.

La experta dio por hecho que ni el bloque soberanista ni el llamado constitucionalista, lograrán una mayoría absoluta y que habrá muchas dificultades para lograr pactos entre los diversos partidos. «O se pactan esas mayorías o vamos a otras elecciones», resumió al analizar las elecciones más importantes en décadas en Cataluña, destacó DPA.
Desde Bruselas, Carles Puigdemont, el presidente destituido de la Generalitat, calificó estas elecciones como «las más trascendentales de la historia de Cataluña». Queralt apunta que son muy importantes, quizás las más trascendentales. «No sé si sean las más trascendentales, porque llevamos cuatro años en los que a cada elección nos dicen que es la de nuestra vida, la última que no seremos independientes.

Estamos celebrando elecciones trascendentales por encima de nuestras posibilidades. Pero el momento es de absoluta excepcionalidad y son muy relevantes y excepcionales por quién las convoca y cómo. El problema es que seguramente no resolverán esta situación.

En este sentido, a Queralt le parece que no va a haber mayorías absolutas claras entre bloques. Por tanto, las mayorías tendrán que pactar o habría que ir a otras elecciones. «Y aunque haya una mayoría o se proclame a un presidente, los partidos están obligados a entenderse para superar este momento de absoluta fractura social. Si no, acabarán por destruir Cataluña«. ¿Y para qué servirán estos comicios entonces?

La doctora en derecho de la Universidad de Barcelona, explica que para abrir una nueva etapa en la que habrá que adoptarse nuevas medidas a nivel social e institucional, pues lo que pasó en septiembre en el Parlament hizo mucho daño a las instituciones catalanas, «es mucho más que la aplicación del 155 porque hubo una abdicación del Derecho. Se incumplió la Constitución, pero también el Estatut, la propia ley de transitoriedad y la ley del referendo», apuntó la experta en una entrevista.

Ante la posibilidad de que por primera vez, los partidos concurren etiquetados en dos bloques muy claros, independentistas y constitucionalistas, y pueda esto modificar en algo los resultados o marcar aún más la división, Queral resaltó que a los del bloque constitucionalista o unionista les puede generar un problema.

«Ciudadanos (C’s) se tiene que diferenciar del Partido Popular (PP). Y el Partido del Socialistes de Catalunya (PSC) se tiene que distinguir de C’s y del PP porque, aunque apoyaron el 155, se presenta como el puente a la convivencia».

Queralt prevé que, Catalunya En Comú Podem va a perder muchos votos a favor del PSC por un lado y de Esquerra Republicana (ERC) por otro, por la indefinición de su lideresa, Ada Colau, respecto a todo este proceso, y puede ser la llave que destranque, pero no tanto como se esperaba. «El voto indeciso será, a priori, mucho mayor que otras veces y nada estará decidido hasta el 21». La participación y ese 25% de indecisos que las encuestas apuntan influirán mucho en el resultado.
En cuanto al condicionamiento que pueda tener el voto por los políticos presos, para Queralt, el hecho de tener a Oriol Junqueras preso, siendo el cabeza de lista de Esquerra Republicana (ERC), «condiciona las elecciones porque él no puede hacer campaña y porque supone añadir un elemento más de victimismo: !mira cómo nos maltrata el Estado represor¡».

En el caso de Junts per Catalunya, el número dos, Jordi Sánchez, también está en prisión. Y el número uno está huido en Bélgica, no exiliado, que quede claro, porque huyó. «Todo eso también aumenta las ganas de votar por los constitucionalistas en el otro sector».

Ante la posibilidad de que los partidos independentistas pueden sacar rédito de los que ellos llaman «violencia de Estado» y de sus «presos políticos», Queralt explica que «hablar de que la detención de estos señores es violencia de Estado es falso. La Justicia actúa con unos criterios y hay mecanismos para recurrir.
Esas detenciones se hicieron aplicando las normas y leyes del Estado de Derecho y, por tanto, tampoco estamos ante presos políticos. Son políticos presos, aunque yo crea que los jueces hicieron una interpretación excesivamente amplia de lo que son las condiciones para poder considerar la prisión provisional».
Queralt no cree que los constitucionalistas que no están de acuerdo con el 155 o los independentistas que se sienten engañados, modificarán su voto. «No creo que haya un trasvase muy grande votos.
Puede que sectores de ERC y, sobre todo, de lo que era Convergència escojan una opción de gobernabilidad porque en sus listas hay líderes que, si ganan, no podrán presidir la Generalitat». El problema es que, si eres independentista convencido, no tragas con el victimismo y consideras que la unilateralidad no es el camino, te has quedado sin opciones.

Por otra parte, Joan B. Culla, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona, destaca que las elecciones del jueves en Cataluña llegan con una carga de dramatismo que ninguna de las anteriores tuvo y llamarán a un voto muy poco ideológico en el sentido clásico. «Las cuestiones judiciales son uno de los elementos que inyectan dramatismo a estas elecciones», aseguró el autor del «Diccionario de partidos políticos de Cataluña».

El profesor, que tiene como compañeros de departamento en la Universitat Autònoma de Barcelona al líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, y al de Catalunya En Comú Podem, Xavier Domènech, sostuvo que los dos bloques que concurren a los comicios más importantes en décadas en Cataluña se juegan mucho más que una mayoría parlamentaria. «Como historiador soy reacio a la aplicación sistemática e indiscriminada del adjetivo histórico a cualquier cosa. Éstas son unas elecciones excepcionales, seguro. Y trascendentales lo son en un sentido distinto en el que lo habían sido otras anteriores.

«Las elecciones del 21D tienen una carga de dramatismo que ninguna de las anteriores tuvo. Hay un puñado de candidatos, incluso cabezas de lista, que están en la cárcel o en el exilio. Esto no había ocurrido nunca antes. Y la actitud y el discurso del Gobierno central y de los partidos llamados unionistas en Cataluña, también de los independentistas, pero sobre todo de los unionistas, añade carga de dramatismo a la convocatoria».

Resalta el historiador, que lleva siguiendo la política catalana desde 1977, que jamás había oído a un candidato de ningún partido decir, «si gano, arrasaré con lo que sea» como dijo Xavier García Albiol, candidato del Partido Popular. «Ese verbo no había sido utilizado jamás en una campaña. En la medida en que unos dicen eso, los otros dicen «nos estamos jugando no el Gobierno, sino el ser o no ser».
Los dos campos tienen la sensación de que se juegan mucho más que una mayoría parlamentaria y, por tanto, el color de un gobierno. Para los independentistas, está en juego la pervivencia de la identidad catalana tal y como la hemos conocido en estas últimas décadas. Para otros los unionistas, la seguridad de la unidad de España también tal y como se ha conocido en estas últimas décadas.
Será un voto muy poco ideológico en el sentido clásico de derechas-izquierdas, y que además se leerá muy en clave de plebiscito, destaca Culla. «Escribí hace semanas que, curiosamente, en esta ocasión los plebiscitarios van a ser los adversarios de la independencia de Cataluña. Así que, automáticamente, el otro bando dice de acuerdo». Será un plebiscito raro, pero igual de raro para ambos campos. Los dos van igual de divididos o con el mismo orden disperso.
Para Cualla, «es imposible que el tándem PSC-Comuns tenga, ya no digo mayoría absoluta, sino que sume más allá de 30-35 escaños. Por tanto, ese dúo de ningún modo podría plantearse como alternativa de gobierno». Aquí es donde algunos dicen que hay que incluir a ERC. «Y yo, que en 2013 publiqué un libro sobre Esquerra Republicana de 600 páginas, digo: ¿Creen que Junqueras se quiere suicidar?», concluyó Culla.
Fuente: El Universal