Liborio Solís cumple 17 años como boxeador profesional

Con un abuelo boxeador, un padre boxeador y tres hermanos mayores boxeadores, el camino que Liborio Solís parecía ya estar marcado, pero a diferencia de sus familiares, hizo carrera como profesional y llegó a ser dueño de dos cinturones de campeón mundial en esta disciplina.

De origen humilde, Liborio, nació el 21 de marzo de 1982 en Maracay y su infancia transcurrió en el barrio San Carlos del sur de la ciudad. Con el boxeo corriendo por sus venas, no tardó mucho en colocarse los guantes y subirse a los ensogados para seguir los pasos de la familia. A los siete años acudió por primera vez al gimnasio “Luis Beltrán Díaz” de la mano del “Llanero” Rafael Rodríguez, quien fue su forjador, aunque ya traía de casa las nociones básicas del pugilismo y a los 18 años se estrenó profesional.

“Mi debut fue circunstancial porque ese año (2000) me llamaron de la selección (nacional), pero había escuchado unos cuentos que habían pasado con otros peleadores que luego no les daban permiso para hacer carrera como profesionales, que los soltaban luego de los 30 años, entonces me adelanté y debuté, lo hice escondido por cierto”, recordó Solís. Su primera pelea fue el 15 de diciembre del 2000 ante Claudio López.
“Estaba muy nervioso ese día. Mi rival era el favorito. Fue un cambio tremendo el no tener la careta puesta y con un vendaje que parecía un yeso, pero a lo que escuché el campanazo se me olvidó todo eso y luego del nocaut fulminante que le di, supe que el boxeo era lo mío y era a lo que me quería dedicar”, dijo.
Con el matrimonio de sus padres fracasado, tal como lo relató Solís, con seis hermanos y una situación económica poco favorable, Liborio se vio en la necesidad dejar los estudios para salir a trabajar y colaborar con el sustento de su hogar.
“Trabajé de varias cosas, vendiendo verduras en un puesto en la calle, como ayudante de gandolero siendo menor de edad, cortando monte, fui ayudante de herrería, hacía de todo un poquito. Tuve que parar los estudios cuando estaba en cuarto año de bachillerato, me hubiese gustado ser doctor”, confesó.

CARRERA POR EL TÍTULO MUNDIAL

Solís ganó cinco de sus primeros seis combates (un empate) perdió el invicto en el séptimo careo ante Yenifel Vicente, pero rápidamente volvió a la senda del triunfo y dos peleas más tarde consiguió su primera faja de campeón, fue la nacional del peso supermosca en el 2009, frente a José Jiménez.
“De todos los títulos, para mí ese es el más bonito, el que tiene más significado porque fue mi primero como profesional. Luego de eso me dieron el chance para pelear por el interino mundial que es el paso previo al absoluto, pero ese pleito también me costó porque nuevamente no era el favorito, pero gracias a Dios lo gané”, expresó.
Esa refriega a la que hace referencia, ocurrió el 10 de diciembre del 2012 ante el mexicano, José Salgado, a quien superó por decisión dividida.
Unos meses más tarde, el antiguo Coliseo El Limón fue testigo de su exitosa defensa por el cetro interino y un año después le llegó la oportunidad de fajarse por el título absoluto del peso supermosca ante Kohei Kono, siendo superior en las tarjetas.
“Esa fue la felicidad más grande de mi vida porque aseguré el futuro de mis hijos, les pude dar una buena casa. Una anécdota de ese combate es que fue en Japón y yo no entendía lo que estaban diciendo, caí en cuenta de que había ganado cuando me levantaron la mano y medio escuché ‘Liborio Solis’. Fue la alegría más grande del mundo de haber logrado lo que todo boxeador sueña.”
A finales del 2013 se enfrentó a Daiki Kameda a quien derrotó para quedarse el título vacante de la AMB y de la Federación Internacional de Boxeo de la división.
A sus 35 años la palabra retiro no está en la mente de Solís, pues tiene el objetivo de volver a la cima del boxeo mundial. Tiene en agenda fajarse en 2018 por el título universal del peso gallo, el cual dejó vacante Jamie McDonnell al decidir subir de categoría.
“En un futuro me veo como un empresario del boxeo, pero antes quiero volver a ser campeón mundial. Uno debe dedicarse a lo que sabe, lo mío es el boxeo y quiero seguir ligado a este bonito deporte como promotor para ayudar a los jóvenes que inician sus carreras”, precisó.
ADONIBAL CARRASCO | elsiglo